Triumph Adventurer 900 Scrambler
Uno de nuestros mantras preferidos es aquel que predica aplicar la mínima transformación que permita obtener el máximo resultado. Esto significa entre otras cosas conservar al máximo la configuración de origen de la moto sin renunciar al máximo impacto visual posible. El porque de esta filosofía no es - como alguno erróneamente pueda pensar - ahorrar trabajo para obtener mas rentabilidad. En realidad, lo que buscamos es obtener un resultado muy concreto y por lo tanto no podemos negociar ese punto. De modo que esta "filosofía" nos lleva al final a dedicar muchas mas horas de lo que podría ser ir directamente a "cortar y pegar" sin pensar mas que en dicho resultado final. Sin embargo, mantener al máximo la base de la moto permite al propietario poder llevarla a un taller si - por ejemplo - de pronto aparece algún fallo eléctrico y que cualquier profesional pueda dirigirse al diagrama original de la moto para testar los puntos necesarios y localizar el fallo. Obviamente, esconder el habitualmente farragoso cableado que va detrás de todos los plásticos y tapas de serie es una tarea que requiere de muchas horas y creatividad.
La moto que presentamos en este caso es un claro ejemplo de lo antedicho. La original Adventurer 900 es una moto que pasó con mas pena que gloria por nuestro mercado, y que adolecía de una vocación clara: no era una cruiser pura, ni una turismo pura, ni una clásica pura aunque tenia un poco de todas ellas.
La idea desde el principio fue dotarla de una personalidad clara y sobre todo aligerarla visualmente y liberarla de los muchos cromados en la medida de lo posible. Todo ello manteniendo como siempre el presupuesto contenido al máximo.
Así pues se optó por dale una linea scrambler que creemos que le favorece mucho. Neumáticos mixtos, manillar ancho, colas de escape cortas con una ligera inclinación hacia arriba, eliminación de la caja del filtro del aire y sustitución por filtros de alto flujo, colectores encintados, nuevo soporte trasero de matricula con luces minimalistas y nuevo cuentakilómetros también en su mínima expresión.
La moto, que llevaba muchos años parada en un granero, tuvo que ser parcialmente restaurada, con la obligada recuperación de los carburadores, tratamiento interno del deposito - completamente oxidado - líquidos, pastillas y discos etc.
Finalmente la casi total preeminencia del color negro se contrasta con la cinta anticalórica en dorado a juego con el logo del depósito y un asiento en piel marrón. Una moto de la cual no te puedes alejar sin girarte para volverla a mirar.
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